Me gusta esa sensación que me produce oír los chasquido, que hacen las gotas de lluvia al golpear el cristal de mi ventana,el rico olor a leña que desprenden las chimeneas, el sabor de un chocolate con churros, ¡que bien sienta!pasear bajo la lluvia mojando tu cara.
En las tardes del frió invierno, calentita en el sofá,pienso en toda esa gente que se encuentran tirados en la calle pasando frió, comiendo lo que otros tiran.
Todos los años me ocurre lo mismo,me invade una gran melancolía en estos días próximos a la Navidad.
Las calles con los adornos propios de estas fechas,la gente entrando y saliendo de los centros comerciales cargados con montones de paquetes envueltos con papeles dorados, plateados con grandes lazos que hace del paquete casi tan hermoso como lo que va dentro.
Hay mucho despilfarro y quizás no pensemos en los menos favorecidos que nos miran con asombro tal vez recordando otros tiempos en los que ellos eran los que compraban y otros les miraban.
Hoy puede que coman pero mañana ¿que? tal vez ni siquiera tengan un mañana puede que frió de la noche nos le de la oportunidad.
